Levita.

Quiero que levites. Ten una felicidad delirante o, al menos, no la rechaces. Ya sé que suena cursi pero el amor es pasión, obsesión, alguien sin el cual no vives. Yo te digo: lánzate de cabeza, encuentra alguien a quien amar con locura y que te ame de la misma forma. ¿Cómo encontrarlo? Olvídate del cerebro y escucha tu corazón. Yo no oigo tu corazón. Porque la verdad, tesoro, es que no tiene sentido vivir si no se tiene esto. Hacer el viaje y no enamorarse profundamente equivale a no vivir. Pero tienes que intentarlo, porque si no lo intentas, no vivirás nunca..

E intento convencerte de que ya has encontrado ese alguien, alguien que espera ser perdonado algún día. Pero no tengo prisa. Te esperaré. Y esperaré. Y esperaré aún más. Para verte, para tenerte, para sentirme otra vez feliz. Feliz como un cielo en el ocaso.

(...) Pero a veces pienso que todo esto es absurdo. A veces solo buscas el amor. Sí, pero no te das cuenta, de que esa persona a la que tanto has querido se ha marchado, ya no está. Buscas en ese beso el desesperado sabor de todo aquello que has sentido, experimentado.., pero ya no está. ¿Quién te lo ha robado? ¿escondido? ¿quién? he reencontrado tus ojos, pero no esa luz, no esa sonrisa que tanto he añorado. Así, al separarme de ti esa noche, rápidamente lo entendí: tú ya no estabas. Nada, solo tu mirada apagada como esa sonrisa naufragada quién sabe donde. Entonces he vuelto a cerrar los ojos y me he escapado lejos, entre los recuerdos, bailando aún con ellos, como un carrusel grande y único, los dos de la mano, tú y yo, riendo, bromeando. Y he vuelto a ver a ese chico, al tú de entonces, perfecto como un primer mar en primavera, valiente pero asustado, deseoso de amar y ser amado. Y allí está, para siempre mío y de nadie más..