10.5.10

Estás aquí para marearme de nuevo. Para desconcertarme, para hacer que me tiemblen las piernas al verte otra vez. Para poner mil poses estúpidas porque te tengo a centímetros de mi y no sé como actuar. Todo se hace tan raro... es como si empezáramos de nuevo. Como si hubieramos hecho borrón y cuenta nueva, sólo que ya sé el final que no va a tener esto...   (y no por eso duele menos).
No me gusta escribir textos filosóficos, pero es que me estoy dando cuenta de que la vida son etapas. Cortas o largas, bonitas o no tan bonitas, pero todas distintas, y pueden durar días, semanas, meses o incluso años... 
Son etapas de felicidad, de emociones diferentes, de pensamientos también muy diferentes y de algunos que otros momentos de lágrimas...
¿Que si me arrepiento de no haber aprovechado bien esa etapa que tuvimos? No lo puedes ni imaginar, cariño. No tienes una ligera idea de todo lo que se pasaba por mi cabeza siempre que te tenía cerca y notaba como te interesabas por mi. Pero claro, ¿cómo se iba a fijar el chico guapo/simpático/maduro/gracioso/amable/sonriente/miradafelina/cuerpoymanosperfectas en mí?
Pues eso, que dime tú en esa situación quien sabe cómo actuar, porque a mi ni las palabras me salían. Se quedaba ahí trabadas mientras me abrazabas, me mirabas (con esos ojitos) me rozabas con la mano tan lentamente que sentía cada vello de mi piel erizándose y me susurrabas cosas insignificantes al oído.
Eran increíbles las sensaciones que hiciste que nacieran en mí. No sabía ni que existían, de verdad. Tantas tonterías hiciste por mi, tantas cosas te confesé muerta de vergüenza.
Pero parece que me voy a quedar toda mi vida con la espinita de no saber cómo hubiera sido lo nuestro. Si habría funcionado, si hubiéramos sido felices y si hubiera durado para siempre. Si me hubieras despertado todas las mañanas con un mensaje de buenos días(!) y me hubieras dado las buenas noches escuchando mis latidos, y tú te hubieras dormido con ellos. Porque son tuyos. Todos y cada uno de ellos llevan tu nombre. El aire que entra y sale de mis pulmones también, toma, te lo regalo. Todo lo que mis ojos ven, captan, lo que mis manos tocan, sienten... todo te lo entrego en paquete urgente. En esos que llevan la etiqueta de frágil. Para ti. Para siempre.

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