No se puede querer tanto.

Quise saber a qué sabe tu piel cuando te despiertas... pero ni siquiera me pude conformar con ver tu cara recién levantado, a primera hora de la mañana.
Quise dormir abrazada a ti, con nuestros labios a escasos centímetros y las manos entrelazadas, por supuesto... pero no me pude permitir ni dormir en el interior de las mismas cuatro paredes que tú.
Quise poder recibir abrazos sin parar, sin ni siquiera dejarme respirar aire limpio, tan sólo tu olor... y también quise recibir un beso alguna que otra vez, pero sé que no aspiraba a ello.
Muchas, muchísimas, demasiadas miradas. Las quise todas para mí. Te queria todo para mí, y en cuanto te ibas con ella, la sonrisa, ZAS, se esfumaba de mi cara. Y no volvía hasta mucho, mucho más tarde. Pero cuando volvía, lo hacía con muchísima más fuerza.
Quise decirte tantas cosas... y callarme otras tantas. Parece que las palabras exactas nunca salían por miedo al rechazo. Quise hacer tantas cosas, demostrarte tanto... pero se quedaban en intentos, en ideas vagabundas por la cabeza.            [Cobarde]
Quise un cuento de hadas, de esos que todo el mundo sabe que no existen, pero a quién no le gustaria vivirlo. Rogué tanto, pedí demasiado, esperaba lo suficiente... te quise a ti.