A los que quieren así.

Quizás ni se imagine que aquello que vivimos en apenas dos meses, aquellos días aleatorios que marcaron de una manera u otra mi vida sólo tienen valor para mí porque fue con él con quien los viví. Le aseguraría que si hubiera sido cualquier otra persona en estos momentos su recuerdo no pasaría por mi cabeza sin parar, pero era él. Sí, quizás para él aquellos momentos, promesas, no significaron nada y sólo fui una pequeña confusión entre tanta rutina, pero quiera o no él si ha sido alguien especial, sobre todo sentimiento, sea amor o no. Él me supo escuchar cuando nadie lo hacía y supo comprenderme y confiar en mí como nadie nunca lo hizo. Aunque yo no fuera partícipe de las cosas malas que le pasaban siempre venía a refugiarse en mí y eso hacía que me sintiera especial. Él producía mis sonrisas, y yo las suyas, aunque fueran pocas, muy pocas.
Y puede ser que todo el mundo diga que estar 'así' sea complicado. Que todo es más fácil cuando la felicidad te la fabricas tú solita sin estar pendiente de nadie. Pero yo no tengo la culpa de que cuando algo malo me pasa, su cara y sus palabras sean lo primero que se me venga a la cabeza y esa sonrisa estúpida me salga. 
¿Es algo malo volcar tu felicidad en la de otra persona? Yo creo que no. Cuando tus cosas te van de pena y ves que a esa persona todo le va redondo tu felicidad se transforma. Esos detalles como mirarle de reojo sin que se dé cuenta son los que marcan realmente la diferencia entre querer, y querer tanto como para sólo desear que él sea feliz y que no se dé cuenta de lo jodidamente mal que te va todo.