24.2.10

Te quiero.

- ¿Cómo te va con lo tuyo? - preguntó.
- Ya sabes, lo de siempre, nada nuevo.
- Pero, ¿seguís igual que antes?
Me paré a pensar un minuto la respuesta. Dejé que las palabras salieran solas tal y como las sentía.
- No lo sé. De verdad que no lo sé. - le dije, mientras se me escapaba un suspiro- Sé que la gente lo ve raro, que me ven como a la tonta que se arrastra detrás de un tio que ya está cogido, pero me hace feliz, joder. Me hace feliz cuando me coje de la mano. Cuando me mira, cuando me da mordiscos inocentes en la oreja, y no tan inocentes en la pierna. Me gusta cuando me sonríe y suavemente pasa sus labios por mi cuello. Me gusta que la piel se me ponga de gallina cuando suspire al verme, o cuando se ríe y al fin puedo respirar de ese aire... que me regala la vida.
- Sé lo que es eso... pero, ¿sabéis ya lo que tenéis entre vosotros?
- No, en verdad no... Sólo sabemos que sonreímos al vernos aparecer el uno al otro por esa puerta, que nos miramos y nos decimos mil cosas. Que no podemos estar ni un día sin hablar, sin una noche de susurros a través de un teléfono... Sé cuando nos quedamos en silencio y él sonríe, aunque no lo vea. Los dos sabemos que no somos amigos, porque no nos lo contamos todo, que no somos amantes (es más que obvio) lo único que sabemos es que ya es tarde para parar esto que sentimos...
- Él sabe todo esto... ¿verdad? todo lo que sientes...
- Claro que lo sabe. ¿Y sabes qué es lo mejor de todo? Que lo hago feliz. Se muere de la risa cuando nota mis celos de hojalata, mi cara de póker al verlo cariñoso con otras. Cuando me enfado e intento esquivar su mirada. Sabe que me pone nerviosa que me mire fijamente, y aun así lo hace, para ver como empiezo a dar pataditas con un pie en el suelo o a mirar para todos lados. Sabe que me encanta su voz, su risa, su mirada, su cuerpo, sus gestos, su olor. Él sabe tanto y yo no sé nada...

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