Soplo de aire fresco.

No sé a quien le tengo que agradecer que aquella tarde te cruzaras, un soplo de aire fresco en mitad de aquella calma. Te pido disculpas por marcharme corriendo, pero tuve que irme a casa a bajarme el corazón. Porque con solo mirarme subió a la garganta, y ahora no hay quien consiga empujarlo a su rincón, se queda aquí junto a este maldito nudo. No sé a quien le tengo que agradecer que te quedaras esperando aquella noche a que todos se marcharan.
Te pido disculpas, me pasó de nuevo... se me atragantó la voz en cuanto me besaste.
Suerte que al mirarme se deshizo el miedo.. y bajo el corazón. Y entonces yo me subí al cielo.
Qué suerte que apareciste y sin avisar viniste y trajiste mariposas, quédate. Qué suerte que pasé por allí aquel día y paré justo en frente de tu boca. Pero ya no sé qué decir, no se qué contestarte. No se si toca besarte, acariciarte o marcharme.