28.6.10

Batalla tras batalla.

No sé por qué llegaste alborotando todo aquí en mi vida. Siempre he sido la dueña de mi mundo (o de gran parte de él) hasta que apareciste tú. Al principio dude si eras un acierto o un error. Y ahora me doy cuenta de que fuiste mi peor acierto (o el mejor de mis errores). La gente no se da cuenta de que suelo ser masoquista y de que nada ni nadie va a poder cambiar eso. A mi corazón parece que le va el riesgo, y sin embargo, siempre cae en todas las trampas y acaba pasándolo mal...( y es que no se puede ser tan inocente). Tu sonrisa fue el último reto que mi corazón encontró. Pero aunque él se sintiera invencible, no le quedaban fuerzas para otra batalla más. Y luchó hasta casi el final, ¿eh?. Pero tu sonrisa hizo trampas y se retiró. Y yo sigo intentando engañarlo. Convencerlo de una tregua para reponer fuerzas para otra batalla quizá. Pero no sé qué le has hecho que aún sin defensas ni armas sigue al pie del cañón. Aunque muchas veces viene el miedo a plantarle cara. Y ahí es cuando el corazón, guerrero hasta entonces, apenas respira, se vuelve pequeño y comienza a temblar. Y aún sigue encogido. Me ha confesado que se acabó el riesgo por una temporada.

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