26.6.10

Susurros en la memoria.

Menos mal. Menos mal que desde el primer día me dio por memorizar todos los momentos. Como si fueran fotografías. Click, click, click. Todas las sonrisas que eran para mí, y los abrazos desesperados. Casi necesarios para mantener esa sonrisa en la cara. Aún recuerdo cómo dependía nuestra felicidad del grado de felicidad del otro. Y del cúmulo de casualidades.
Y cómo con simples palabras me alegrabas el día.
Que aunque tú no lo sepas, nos susurrábamos mucho más de lo que pude imaginar.
Y ahora me he dado cuenta de que todo está al revés. Que todo da vueltas. Que tengo los pies arriba porque la cabeza se ha cansado de mandar. Y porque el corazón está más que escondido desde que no se me sale por la boca. Cuando antes conseguías que se llenara de energía.
¿Aún crees que este tema me da igual? ¿Te das cuenta como no se puede querer todo?
¿Aún piensas que no te llevaré al fin del mundo si me lo pidieras? ¿Sabes cuál es el problema? Que todavía no me lo has pedido, y dudo que algún día lo hagas.

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