La sensación de un taladrar en el interior.
Vacío en el pecho y mil nudos en el estómago.
Las comisuras de unos labios que se tuercen hacia abajo.
Y los ojos se empañan de un puñado de recuerdos felices.
Un par de manos que tapan esos ojos, intentando impedir el paso de esos recuerdos lagrimosos.
Las mismas manos que están cansadas ya de esperar esas otras que le daban calor y seguridad.
Y volverse tremendamente frágil.
Vacío en el pecho y mil nudos en el estómago.
Las comisuras de unos labios que se tuercen hacia abajo.
Y los ojos se empañan de un puñado de recuerdos felices.
Un par de manos que tapan esos ojos, intentando impedir el paso de esos recuerdos lagrimosos.
Las mismas manos que están cansadas ya de esperar esas otras que le daban calor y seguridad.
Y volverse tremendamente frágil.
"procura vivir, deja los recuerdos para los viejos"
ResponderEliminarPaulo Cohelo :)
Qué genial, la última frase es perfecta...
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