Esperando(te).

Esperar a alguien no es sentarse en su portal hasta que esta baje.
Esperar a alguien no es prometerle que estarás en el felpudo de su casa esperando un beso de amor. Esperar a alguien no es cerrarse, no es dejar de vivir, limitarse a sobrevivir, no. Esperar a alguien no es estar esperando una respuesta, un sí o un no, y a partir de ahí dejar que todo fluya. Esperar a alguien tampoco es ignorarle y cuando esa persona esté preparada de nuevo, acechar. No. Esperar a alguien quiere decir quererla. Respetarla. Esperar cualquier respuesta o reacción, pero trabajándose el premio a diario. Miradas, sonrisas o detalles que le demuestren a la otra persona que estamos ahí, entre bambalinas. Esperar a alguien significa dejarla ser feliz, alegrarnos por ello, y esperar a que nos brinden a nosotros la oportunidad de fabricar nuevos sueños, nuevas ilusiones y nuevas metas. Es estar preparado tanto para un terremoto como para una lluvia de estrellas. Es darlo todo sin llegar a quedarnos vacíos. Reír, llorar, gritar o susurrar... pero que la frase final de esa espera siempre sea; ha merecido la pena todo este tiempo de demora.