15.8.10

Niki guarda silencio, impresionada por la belleza de sus frases, por su importancia, por la increíble sintonía con la que ella misma está experimentando. Siente algo nuevo. Tiene la impresión de haber superado un obstáculo, de haber rasgado un velo, de haber descubierto algo al doblar una esquina. Como esa canción que irrumpe repentina, que rompe el silencio y te turba. Y él está ahí. Guido. El mismo del primer día, el del desafío continuo, el de las ocurrencias fáciles, el de la respuesta siempre a punto. En ciertas ocasiones inoportuno, en otras no. De repente se siente muy cerca de él, en perfecta armonía. Como si estuviesen tocando juntos una canción que los demás no pudieran oír. Y nadie se lo habría imaginado. Ni siquiera Niki.


(Perdona pero quiero casarme contigo.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja aquí lo que te han parecido mis locuras y pensamientos, me encanta que lo hagas. ¡Y GRACIAS!