Tras una noche de fiesta, acaba de amanecer. Es la oposición de dos mundos. Uno, el de Dionisio, es el mundo de la ñoñería y de la hiperclorhidia; otro, el de la mujer que acaba de conocer, Paula, es todo lo contrario, es el mundo en el que se fundamenta sobre todo la libertad. Una noche le ha bastado a Dionisio para conocer esa otra cara de la vida y desearla.
- ¡Ya es de día, Dionisio! ¡Tengo ganas de dormir...!
- Echa tu cabeza sobre mi hombro... duerme junto a mi...
Y eso hace.
- Bésame Dionisio.
Se besan dulcemente.
- ¿Tu novia nunca te besa...?
- No.
- ¿Por qué?
- No puede hasta que se case...
- Pero, ¿ni una vez siquiera?
- No, no. Ni una vez siquiera, dice que no puede.
- Pobre, ¿verdad? Por eso tiene los ojos tan tristes... bésame otra vez, Dionisio...
Y la besa nuevamente.
- ¡Paula! Yo no me quiero casar ¡Es una tontería! Ya nunca seré feliz. Unas horas solamente todo me lo han cambiado... Pensé salir de aquí hacia el camino de la felicidad y voy a salir hacia el camino de la ñoñería y de la hiperclorhidia...
- ¿Qué es la hiperclorhidia?
- No sé, pero debe ser algo importante... ¡Vamos a marcharnos juntos...! ¡Dime que me quieres, Paula!
- Déjame dormir ahora... estamos tan bien así...
(Fragmento de "Tres sombreros de copa" de Miguel Mihura.)
ai.. me encanto el nombre de "Dionisio!"
ResponderEliminar