12.1.12

Monólogos

Todo no es tan fácil como parece, ¿sabes?

Y menos lo es para mí.

Cuando me levanto cada mañana me miro al espejo y no logro reconocerme. No veo nada en esos ojos negros penetrantes ni en mi sonrisa fea, pero aún así sonrisa…

Me da miedo mirar mi cintura y encontrarme otro “Bella” escrito, y de que se borre con el tiempo. Nunca nadie lo entenderá pero es así.

No quiero que lleguen esos días en los que no vuelva sola a casa. No quiero despedidas, no quiero nada de eso.

Tú no sabes lo que es controlar cada palabra que sale de mi boca para que no haya confusiones. No conoces las noches de pesadillas y de lo fácil que es acostumbrarse a una cama fría que debes calentar por tu cuenta.

Y ya no lloro cuando lo veo. Ya no lloro porque no siento nada, ni por él, ni por ti ni por nadie. No me permito hacerlo.

Porque estoy llena de miedos. Y porque como dijeron unos genios, dejarse llevar suena demasiado bien.

Espero que me perdones, pero no quiero arriesgarme a conocerte… primero déjame conocerme a mí.

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