22.6.10

Eras la excepción...

Son lágrimas que caen encerrando sentimientos sobrenaturales en cada una de ellas. En cada gota hay rabia acumulada que se dispersa al caer al vacío, porque me he cansado de secarlas con la manga de mi camiseta. Todas las que se guardaron en mi pecho están cayendo ahora sin parar, y sí, me da igual que me veas llorar.
¿Por qué se marcha la poca esperanza que me quedaba? ¿Por qué me la juego para nada?
¿Por qué duelen tanto las desilusiones, las decepciones, las traiciones y las mentiras?
Creo que me merezco algo mejor que eso. No que de un día para otro la vida me arrancara de las manos lo único bueno que tenía. Y que todavía no me haya acostumbrado a estar sin él...           Aunque en verdad nunca me perteneció
Regálame un día como los de antes. Una pequeña recopilación de todo aquello que en su día me dabas y entrégamelo en pequeñas dosis de química natural. De esa que tanto abundaba entre nosotros. La recuerdas, ¿verdad?
¿Te das cuenta? Que ya sólo quedan recuerdos difusos. Elegir con la cabeza lo que es del corazón, porque ahora está prohibido hacer lo prohibido. Cuando de nunca ha sido así... y lo sabes. Lo sabes de sobra, mi excepción.     tú...










(Hoy me han dado las notas. Sí. Me han puteado. Esperaba dos y han aparecido cinco. Ahí, ¡zas! Visto y no visto. Encima hoy he logrado estar con él medianamente bien pero no completamente, cuando podría haberlo sido. Estoy harta de todo. Me espera el peor verano de mi vida.)

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