2.7.10

Recuerdo número I.

Fue todo tremendamente extraño aquel día. Tu comportamiento, el mío. 
Te contestaba de malas maneras solamente porque era incapaz de controlar lo que sentía.
Te diste cuenta en la cena de que yo ya estaba harta del juego que teníamos e intentaste arreglarlo pero llegaste al punto máximo de mi paciencia. Pero como siempre, con una sonrisa de más mi enfado se iba al garete.
Al llegar al baile, me pillaste por banda con uno de tus abrazos. Y empezamos a bailar muy pegados. Pero yo, enfadada como estaba no era capaz de disimularlo.
- ¿Qué te pasa? -me preguntaste con esa cara triste que se te quedaba en cuanto me alejaba un poco de ti.
- Nada, estoy normal.
- No estás normal. No sé qué te pasa. Yo quiero que estemos como antes...
- Lo quieres todo. Y no se puede. No puedo estar como antes.
- Pero ¿por qué?
- ¡Porque no puedo!
- Yo quiero que TODO esté como siempre -soltaste enfurruñado y te sentaste en el suelo. Allí en mitad de la pista. Con tu jersey rojo y esas ganas de volverme rematadamente loca.
Sonreí. ¿Cómo podías ser capaz de sacarme una sonrisa cuando un minuto antes me moría por llorar? Te miré sentado en el suelo. Con las piernas y los brazos cruzados y esa sonrisa torcida. Me senté enfrente tuya.
- Por favor, vamos a estar como siempre... -me pediste por tercera vez.
Yo solamente suspiré. Te miré y el enfado se me fue volando muy lejos. Siempre ganaron mis ganas de quererte y los mil latidos por segundo.






Un abrazo, y después otro, y otro, y otro más...

2 comentarios:

  1. Y despues de todo aquello . . . que viene?

    ResponderEliminar
  2. Es bonito, pero... ¿no da rabia que cuando estás cabreada con alguien sea capaz de hacerte sonreír, si lo que quieres es que se dé cuenta del daño que te está haciendo? No obstante, sigue siendo bonito... ains.

    ResponderEliminar

Deja aquí lo que te han parecido mis locuras y pensamientos, me encanta que lo hagas. ¡Y GRACIAS!