1.12.10

Pequeños y grandes pasos.

Vale, sí. No te voy a negar que hay días en los que aún me quedan ganas de intentarlo. No lo que tú crees, no pienses mal. Me refiero a intentar ser de nuevo aquella malévola, tu malévola. La que era antes.
Pero justo esos días, justamente, te veo más ocupado que nunca. 
¿Ser especial para ti? Misión imposible.
Nada funciona. 
Todo dentro de mí es tan prudente y se encuentra tan frágil que me da miedo realizar cualquier movimiento vaya a ser que lo poco que queda (aunque sean simplemente mis buenos recuerdos) se rompa en mil pedazos.
Si con pequeñas cosas esto no va a ninguna parte, ¿cómo coño voy a dar el paso?

2 comentarios:

  1. Gran verdad, a veces necesitamos algo que nos haga confiar, algo que nos de un empujoncito.
    Es normal que tengamos ganas a veces de ser lo que eramos, al menos hasta que llegue un momento en el que ser como somos sea mejor que como eramos en el pasado, un momento en el que compense el cambio.

    ResponderEliminar
  2. Todas esas cosas, el no saber qué hacer, el miedo a estropearlo, el ver que nada funciona... todo eso nos crea inseguridades y al final olvidamos lo que somos y todo lo que podemos aportar. No olvides nunca lo grande que eres. Un besazo!

    ResponderEliminar

Deja aquí lo que te han parecido mis locuras y pensamientos, me encanta que lo hagas. ¡Y GRACIAS!